Reservorio de vida, la naranja nos ofrece una carga de vitaminas A, B1, B2, destacando la vitamina C; además de betacarotenos sustancias antioxidantes que protegen las células. Consumirlas durante las primeras horas de la mañana acompañando el desayuno la hacen una opción ideal, además del gran contenido de agua que poseen y que ayuda al metabolismo de las grasas protéicas, reduce los niveles de colesterol y regula los niveles de azúcar en la sangre.
Además de ser baja en calorías y en grasas, el calcio que contiene ayuda a mantener los huesos y los dientes sanos; el ácido fólico para el desarrollo apropiado del cerebro, el magnesio mantiene la presión sanguínea , el potasio ayuda a mantener el balance de electrolitos en las celulas , las tíaminas que ayudan a convertir el alimento en energía. La vitamina B6 que contribuye con la producción de hemoglobina que transporta el oxigeno a todo el cuerpo, y sus propiedades la hacen laxantes y diurética.
Animada con tantas bondades estoy incluyendo esta fruta al menos 3 veces por semana en mis desayunos, la prefiero en jugo recién exprimidas sin azúcar porque ya la tiene y con sus gajos para incorporar fibra a mi organismo. Si es como merienda de la mañana prefiero comerla entera, una vez pelada y sin semillas.
Para cutis grasosos: exprimir 1/2 naranja y mezclar con 4 cucharadas de harina de maíz hasta formar una pasta espesa, aplicarla en el rostro durante cinco minutos y luego sacarla con agua fría.
¡Naranja comprimido de riqueza y bondades!
