5/7/08

Viaje a Chile

El lunes Héctor partió a su tierra natal,
por lo que el domingo para el almuerzo nos consentimos con un ceviche, plato que lo ha hecho famoso entre prominentes paladares de Maturín.


Conseguir el Róbalo en una pescaderia local para este plato fue la suerte del día porque escasamente se consigue (más adelante les daré las señas), las batatas pues ni se diga así como los jugosos limones.



En fin, un gusto celebrado en la frescura y sabor del Róbalo, la dulzura de la cebolla morada, el crujiente de los trocitos de celery, el punto exacto de sal y el justo tiempo de cocción del limón para dar la leche de tigra que acompañado de las dulces batatas y aderezado con unas gotas de ají chileno, nos hicieron exclamar: ¡voila!

Como siempre, el especialista de los ceviches de la casa a su manera lo marido con un Pinot noir de tierras chilenas.

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