Junto a Beatríz Parra nos acercamos a este restaurante del este caraqueño para saborear las delicias que ofrece, en ocasión de la gentilezas que tuvo, al encargarse de mi mientras tenía media visión y antes de los trámites médicos.La variada y ecléctica decoración del lugar fueron el escenario de una amena conversación que tocó los temas de sabores y gustos de las delicias servidas; iniciadas con una Ensalada de peras, peccorino y rúgulas aderezadas en una suave y dulce vinagreta.
En el caso de Bea fue seguido por unos Raviolis rellenos de pavo y pistachos en salsa de cacao; un sabor un tanto fuerte para mis gustos pero disfrutados por ella. Mi elección fue un Dúo de pastas (ñoquis de batatas y raviolis rellenos de carne de cordero) de una delicadeza que se sentía en la dulzura de la batatas, el carácter de la carne y la delicadeza de las salsas acompañantes. Estos platos fueron maridados con jugos de fresas y moras y el cierre consistío de Finaciera fundida (mousse de cacao y parchita con brownie de chocolate), que realmente fundió nuestros paladares en gratos recuerdos de compartir tiempos y ocasiones distintas y distantes.
Monitoreando los gustosLa atención en sala fue impecable y nos llamó la atención la discreta forma de conformar la base de datos del restaurante y con ello complacer a su clientela. Contamos además por unos momentos de la presencia de Lorenzo Necci quien es amigo de de larga data Beatríz en Maracaibo y socio de este restaurante.
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