28/12/11

Fiasco del antojo importado

El deseo vivo y pasajero que sufrí uno de los días previos a la navidad mientras hacía compras de alimentos en un supermercado, me llevo compulsivamente a tomar un empaque transparente con un contenido que para mi significaba el fruto prohibido que llega a estas tierras desde el Cono Sur. El atrayente color de todas juntitas en su cajita, inmediatamente, me hicieron soñar en comerlas al natural y con el resto hacer un cafloutis de cerezas y nada más pensarlo, las sumé al carrito de las compras.

 Engañoso antojo

Luego de un par de horas haciendo una cola para pagar; el súper estaba abarrotado porque en ese momento sacaban a las estanterías, uno de los alimentos más buscados de estos tiempos, por su escasez en el país, Leche en Polvo; acepto pagar el capricho para no morirme de las ganas al exhorbitante precio de articulo importado, y me voy feliz planeando que hacer con ellas, para impresionar durante la comida del día de navidad. 
Al llegar a organizar y limpiar los alimentos, abro mi cofre rojo y encuentro mis cerezas todas pasadas de madurez y malas, la decepción fue tan grande que las lleve al contenedor de basura (por no irme a desperdiciar dos horas más para que me diesen disculpas en el supermercado algún empleado que ni sabe a que saben estas frutas). 

Medité sobre todo el trabajo, el tiempo y el uso de recursos para producir esta fruta y que lamentablemente el distino fuese un contenedor de basura sin pasar por la boca del destinatario o consumidor final y me dio pena la insensatez de los mercados, empresarios, traders y las pocos cinturones de protección en cuanto a Seguridad Alimentaria y Sostenibilidad existentes en Venezuela.

Como aprendizaje me queda el no comprar productos que pueda ver, tocar y elegir de mis propias manos, y segundo comprar siempre productos de temporada producidos en mi país.