El padre Humberto sabe lo delicioso contenido en la olla |
Culminada la misión Chaguaramas 2010, en la casa de los padres del sacerdote Humberto, nos esperaba una acogida familiar organizada para sus hermanos eudistas. Sabor de hogar, cariño y atenciones en un poblado rural que a todos regocijó el alma, y que una vez que se bendijeron los alimentos vino la frase acostumbrada: "la cruz arriba y la comida para la barriga" y así comenzar el festín, que desde la llegada husmeabamos.
Los tamarindos de la casa se posaron en la mesa en grandes jarras de jugo, endulzados con papelón y ayudando a refrescarnos del calor, y de antesala a la suculenta sopa de mondongo, con sus verduritas a tono y su tantito de azúcar, como nos gusta acá en oriente; servido en platos no tan pequeños nos hizo ser moderados para continuar con otro el plato de maíz tierno, que ayudamos a moler.
Pbro. José Antonio Sabino ayudando a moler el maíz |
Así, llegaban a la mesa humeantes cachapas que nos encargamos de humectar con margarina -había, pese a la escasez de estos tiempos- y que acompañamos con los quesos, hechos por los señores de los hatos y fincas que se encuentran en la misma comunidad.
La dueña del fogón, orgullosa de sus cahapas con parte de los comelones |
Degustando catalinas y cafecito, esperamos que el aguacero se apaciguara, para proseguir el camino rumbo a casa.
¡Horas y momentos que Dios nos regaló luego de llevar su palabra!