13/4/09

Razón al poeta Pablo Neruda



El congrio es para mi uno de los pescados más ricos de Chile y que en mi ultima visita a ese país tuve la posibilidad de degustarlo en la bentoteca de Talcahuano. He aquí como el nobel nos lo hace saborear en su "Oda al caldillo de congrio".



En el mar tormentoso de Chile vive el rosado congrio,
gigante anguila de nevada carne.
Y en las ollas chilenas, en la costa, nació el caldillo
grávido y suculento provechoso.
Lleven a la cocina el congrio desollado,
su piel manchada cede como un guante
y al descubierto queda entoces el racimo del mar,
el congrio tierno reluce ya desnudo,
preparado para nuestro apetito.
Ahora recoges ajos,
acaricia primero ese marfil precioso,
huele su fragancia iracunda,
entonces deja el ajo picado caer con la cebolla y el tomate
hasta que la cebolla tenga color de oro.
Mientras tanto se cuecen con el vapor los regios camarones marinos
y cuando ya llegaron a su punto,
cuando cuajo el sabor en una salsa formada por el jugo del océano
y por el agua clara que desprendió la luz de la cebolla,
entonces que entre el congrio y se sumerja en gloria,
que en la olla se aceite, se contraiga y se impregne.
Ya solo es necesario dejar en el manjar
caer la crema como una rosa espesa,
y al fuego lentamente entregar el tesoro
hasta que en el caldillo se calienten las esencias de Chile
y a la mesa lleguen recién casados los sabores del mar y de la tierra
para que en ese plato tu conozcas el cielo.